tag:blogger.com,1999:blog-1548210051401049216.post5292683700598499114..comments2023-09-29T16:48:32.724+02:00Comments on FANECA: Lo más fácil, recortar las retribuciones de los funcionarios. Por Manuel J. Sarmiento Acosta*CríticaUniversitariaahttp://www.blogger.com/profile/01912900641416139889noreply@blogger.comBlogger3125tag:blogger.com,1999:blog-1548210051401049216.post-6527777554233283622010-06-23T15:23:56.316+02:002010-06-23T15:23:56.316+02:00Sólo un apunte al Sr. Celemín. El Estatuto de Brav...Sólo un apunte al Sr. Celemín. El Estatuto de Bravo Murillo no consagró la inamovilidad de los funcionarios públicos. Un saludo afectuosoAnonymousnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1548210051401049216.post-20829149195784113982010-06-22T23:03:58.418+02:002010-06-22T23:03:58.418+02:00Es una lástima que artículos esclarecedores de est...Es una lástima que artículos esclarecedores de este calado no tengan cabida en los grandes medios de comunicación. Los funcionarios son presa fácil de los chistes de Forges y de las tonterías que a cualquier humorista del tres al cuarto se le ocurran. Pero, es cierto, se ignora que el funcionariado es la llama permanente del Estado, que sigue encendida en cualquier circunstancia, y sobre la que descansa la permanencia. Con ser importante esta publicación, usted sabe que circula en ámbitos muy concretos, y este artículo debiera tener una difusión al alcance de todos. Por eso le sugiero que trate de publicarlo en un periódico de tirada nacional. Saludos.<br /><br />Emilio González DénizAnonymousnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1548210051401049216.post-56054418625390706272010-06-22T11:13:04.627+02:002010-06-22T11:13:04.627+02:00Hay un libro, editado por el Canal de Isabel II, e...Hay un libro, editado por el Canal de Isabel II, en el que puede leerse que, en España, fue D. Juan Bravo Murillo quien logró acabar con el vicio de la cesantía, que prácticamente vaciaba los ministerios en cada uno de los, por entonces, frecuentes cambios de gobierno. Y lo hizo mediante la figura del funcionario, precisamente, quien tiene garantizado su puesto de trabajo para evitar, entre otras cosas, que la insensatez de algunos políticos pueda traer peores males -que los que ya trae- para el funcionamiento de servicios públicos esenciales como son los que señala el autor. Creo también que poco a poco la opinión pública empieza a distinguir entre los asesores, cargos de confianza, etc. designados por los políticos, y que por tanto, no son funcionarios, y los que, por haber superado el correspondiente proceso selectivo sí que tienen tal condición y sí que permiten y garantizan el funcionamiento de la Administración, a veces, a pesar de algunos de quienes son precisamente elegidos para ello. Por lo demás, enhorabuena al autor por el esfuerzo realizado.Miguel Sergio Celemín Matachanahttp://www.unileon.esnoreply@blogger.com