La implantación de los planes de Bolonia ha suscitado muchas reticencias, cuando no el rechazo frontal, de un amplio sector del profesorado universitario, provocado seguramente más por los términos que introdujo (del tipo de competencias transversales o habilidades para referirse a conocimientos) que por los resultados académicos, desconocidos, en todo caso, hasta ahora.
La situación anterior no era sostenible. Teniendo en cuenta el nivel de formación de los estudiantes que acceden a la Universidad y el sistema de selección del profesorado, en el que la endogamia (antes condenable) se ha institucionalizado bajo la denominación de “promoción interna” como manera habitual de acceder a las plazas estables (y la que se avecina si prospera el borrador de estatuto del PDI), fiar el mayor peso de la enseñanza universitaria a una ¿lección magistral? impartida dos o tres veces por semana, cuando no a la lectura de unos folios amarillentos guardados con unción después de cada clase en una ajada carpeta de cartón marrón con las gomas algo dadas de sí, no resulta demasiado esperanzador para nuestra institución.
Pensando que difícilmente se podría encontrar un sistema de enseñanza menos provechoso que el que ha estado vigente en la Universidad española en los últimos años, que llevaba al estudiante a desertar de los libros y de las aulas hasta quince días antes del examen, y considerando que las normas han de ser cumplidas, me propuse desarrollar conforme a los planes europeos el primer curso de Derecho Romano que se impartía en la Universidad de León, en la medida que lo permitiese el número de alumnos y el hecho de haber un solo profesor del área de Derecho Romano.
Los resultados se exponen a continuación bajo el aspecto (más o menos) de una memoria, por si le interesan a alguien.
LA ASIGNATURA
La situación anterior no era sostenible. Teniendo en cuenta el nivel de formación de los estudiantes que acceden a la Universidad y el sistema de selección del profesorado, en el que la endogamia (antes condenable) se ha institucionalizado bajo la denominación de “promoción interna” como manera habitual de acceder a las plazas estables (y la que se avecina si prospera el borrador de estatuto del PDI), fiar el mayor peso de la enseñanza universitaria a una ¿lección magistral? impartida dos o tres veces por semana, cuando no a la lectura de unos folios amarillentos guardados con unción después de cada clase en una ajada carpeta de cartón marrón con las gomas algo dadas de sí, no resulta demasiado esperanzador para nuestra institución.
Pensando que difícilmente se podría encontrar un sistema de enseñanza menos provechoso que el que ha estado vigente en la Universidad española en los últimos años, que llevaba al estudiante a desertar de los libros y de las aulas hasta quince días antes del examen, y considerando que las normas han de ser cumplidas, me propuse desarrollar conforme a los planes europeos el primer curso de Derecho Romano que se impartía en la Universidad de León, en la medida que lo permitiese el número de alumnos y el hecho de haber un solo profesor del área de Derecho Romano.
Los resultados se exponen a continuación bajo el aspecto (más o menos) de una memoria, por si le interesan a alguien.
LA ASIGNATURA
Derecho Romano (Grado en Derecho).
Obligatoria de primer curso impartida en el primer semestre .
Prof. responsable (y único) César Rascón. Catedrático de Derecho Romano.
EL GRUPO
Obligatoria de primer curso impartida en el primer semestre .
Prof. responsable (y único) César Rascón. Catedrático de Derecho Romano.
EL GRUPO
El total de alumnos matriculados fue de 150. La Facultad constituyó un grupo para las clases teóricas de 150 alumnos, y para las clases prácticas se formaron tres grupos de 50 alumnos. Interesa resaltar que, de los 150 alumnos, 91 habían solicitado estudiar Derecho en 1ª o en 2ªopción; 15 lo solicitaron como otras opciones (desde 3ª hasta 12ª); 44 ni siquiera se habían preinscrito en la Universidad de León y se matricularon aportando en la secretaría del Centro una “carta de admisión” del rectorado después de finalizado el plazo de matrícula y habiendo comenzado las clases. La matrícula de estos alumnos se prolongó hasta muy avanzado el mes de octubre. De los alumnos matriculados por este procedimiento 6 procedían de fuera de León; los 38 restantes son de León y provincia. En resumen, de los 150 alumnos matriculados 106 se preinscribieron en nuestra Universidad, de los que sólo 86 eligieron Derecho en 1ª opción.
EL CALENDARIO
El curso se desarrolló entre el 13 de septiembre y el 25 de enero. Las clases teóricas se impartieron los lunes, y las prácticas los lunes y martes. Dado que, a lo largo del cuatrimestre, casualmente 4 días festivos coincidieron con lunes o martes, se perdieron el 15 % de las clases (a pesar de que no se realizó ninguno de los 3 “puentes”). Los alumnos dispusieron de información, desde el primer momento, del día, la hora, el aula y la materia que habían de estudiar para cada clase del curso. Asimismo, se les proporcionaron los materiales básicos de trabajo (bibliografía, sinopsis de los temas del programa…). A este respecto moodle institucional es un instrumento muy funcional y práctico.
Las clases comenzaron, pues, el día 13 de septiembre de 2010. Sin embargo, los profesores no dispusimos de listas definitivas de alumnos hasta comienzos del mes de noviembre. Este hecho ha entorpecido de manera muy notable la labor de control de asistencias por parte del profesor, siendo así que la asistencia a clase es obligatoria y la evaluación continua exige conocer el grado de cumplimiento del alumno.
El día 21 de septiembre, es decir, una semana después de haber comenzado el curso, dispusimos de una primera lista de 100 alumnos; progresivamente esta lista iría aumentando de manera ininterrumpida hasta el día 25 de octubre, que ya comprendía a 140, completándose a primeros de noviembre el listado definitivo.
A pesar de las dificultades, se alcanzaron los objetivos que se habían fijado en la guía docente. Fueron impartidas 16 clases teóricas al grupo de 150 alumnos (en el acta provisional de calificaciones sólo aparecerían 149 por haber renunciado un alumno, mientras que en el acta final, emitida tres días más tarde, serían 148 por una nueva renuncia) y 87 clases prácticas a tres grupos de 50 alumnos, a lo largo de las cuales se estudiaron las materias que se establecieron como contenidos del curso en la guía docente.
ASISTENCIA A CLASE
Las clases comenzaron, pues, el día 13 de septiembre de 2010. Sin embargo, los profesores no dispusimos de listas definitivas de alumnos hasta comienzos del mes de noviembre. Este hecho ha entorpecido de manera muy notable la labor de control de asistencias por parte del profesor, siendo así que la asistencia a clase es obligatoria y la evaluación continua exige conocer el grado de cumplimiento del alumno.
El día 21 de septiembre, es decir, una semana después de haber comenzado el curso, dispusimos de una primera lista de 100 alumnos; progresivamente esta lista iría aumentando de manera ininterrumpida hasta el día 25 de octubre, que ya comprendía a 140, completándose a primeros de noviembre el listado definitivo.
A pesar de las dificultades, se alcanzaron los objetivos que se habían fijado en la guía docente. Fueron impartidas 16 clases teóricas al grupo de 150 alumnos (en el acta provisional de calificaciones sólo aparecerían 149 por haber renunciado un alumno, mientras que en el acta final, emitida tres días más tarde, serían 148 por una nueva renuncia) y 87 clases prácticas a tres grupos de 50 alumnos, a lo largo de las cuales se estudiaron las materias que se establecieron como contenidos del curso en la guía docente.
ASISTENCIA A CLASE
La asistencia se verificó por el procedimiento de pasar al comienzo de la clase una lista en la que, al lado de su nombre, el alumno debía escribir el nº de su DNI; los alumnos que no figuraran en ella, debían añadirse al final, escribiendo su nombre y DNI.
Se pasó lista en 15 clases teóricas y en 84 clases prácticas. Por lo tanto el número total de asistencias debería haber sido de 6.450. Sin embargo sólo fue de 4.135, lo que representa un total de faltas de asistencia de 2.315. La asistencia media a clase fue del 64,10%, a pesar de que en la guía docente se especificó y, desde el primer día de clase se insistió en ello, que la asistencia era obligatoria y, con el fin de completar el proceso de evaluación continua, los alumnos que faltasen a más del 20% de las clases deberían realizar un examen final.
La asistencia a clase, tal como se especifica en el cuadro siguiente, fue muy desigual, destacando el nivel de cumplimiento de los alumnos que solicitaron matricularse en Derecho en las opciones 3ª a 12ª. También es de notar el desinterés por las clases de los alumnos que no se preinscribieron en la ULE.
COMPORTAMIENTO EN EL AULA
El comportamiento de algunos estudiantes en el aula durante las clases teóricas ha sido muy inadecuado. En los inicios del curso fueron expulsados del aula cuatro alumnos por conducta impropia. La atención mejoró progresivamente en proporción al descenso del número de los asistentes, que llegó a ser del 50% de los matriculados a partir de la segunda quincena del mes de noviembre.
UTILIZACIÓN DE LA BIBLIOTECA
El primer día del curso se instó a los alumnos a que se familiarizasen con el uso de los catálogos informatizados de la Biblioteca de la Universidad. Se les informó del modo en que debían hacerlo. Pese a la insistencia y a que debían realizar un trabajo en grupo, fueron 9 los alumnos que acudieron a consultar libros al Área de Derecho Romano, donde todavía se encuentra ubicado el fondo bibliográfico fundamental de la especialidad, lo que impide el acceso al mismo cuando no está el profesor. Mayor uso se hizo de los fondos generales que se hallan en la Facultad. Ello fue debido a que la realización del trabajo en grupo exigía manejar fuentes depositadas en dicho fondo. Sin embargo, la inexperiencia les llevó a acudir al bibliotecario para que les buscara en el tomo correspondiente el fragmento que tenían que comentar, labor en la que estos profesionales manifestaron una paciencia y una vocación pedagógica encomiable.
PROCEDIMIENTO DE EVALUACIÓN
En la evaluación continua de los estudiantes se han considerado los siguientes elementos:
1. Asistencia a clase. La asistencia se ha tenido en cuenta para determinar qué alumnos deberían realizar un examen, cuyo resultado permitiera al profesor completar su información sobre el grado de consecución por el estudiante de los objetivos fijados en la guía docente.
2. Participación en clase. La participación en las clases se ha evaluado en dos aspectos: cuantitativo y cualitativo, fijándose cinco niveles (de 0 a 4) en razón de la frecuencia y los conocimientos puestos de relieve en las intervenciones, así como el uso del lenguaje jurídico y el manejo de los conceptos básicos.
3. Trabajo en grupo. En este apartado se establecieron varios niveles, en función del resultado obtenido. Con esta actividad de trató de evaluar dos aspectos: la capacidad de los alumnos para organizarse en grupos reducidos de trabajo (de tres a seis alumnos) sin intervención del profesor y su disposición para trabajar de forma cooperativa.
4. Control semanal escrito. Los alumnos han realizado todas las semanas un control muy breve, consistente en responder a una pregunta sobre la materia estudiada. Estos controles se han corregido del siguiente modo:
a) Una vez que los alumnos terminaban de escribir la respuesta, ellos mismos, siempre bajo la supervisión del profesor, elaboraban una respuesta correcta.
b) A continuación, los propios alumnos evaluaban su propia respuesta mediante una doble opción: suficiente o insuficiente.
c) Finalmente, se intercambiaban de forma aleatoria la prueba, que volvía a ser corregida, esta vez por un compañero, que debía fundamentar brevemente su evaluación, fuera concordante o no con la del autor del ejercicio.
Esta experiencia de coevaluación ha sido muy reveladora. A partir del tercer control los resultados de las evaluaciones han sido muy objetivos, y a partir del sexto control la desviación entre los resultados de las evaluaciones del propio alumno, de su compañero y del profesor, ha llegado a ser 0.
RESULTADOS ACADÉMICOS
En la semana del 24 al 28 de enero, se evaluó el trabajo total de los alumnos en clase, y se procedió a la publicación de los resultados: 65 alumnos superaron la asignatura por evaluación continua (5 Matrículas de Honor, 9 Sobresalientes, 23 Notables y 28 Aprobados).
El día 1 de febrero se realizó el examen para los restantes alumnos, que, o bien habían faltado a más del 20 % de las clases (un total de 77 alumnos) , o que habiendo asistido a clase, su aprovechamiento había sido insuficiente (8 alumnos). De los 85 alumnos que deberían haberse presentado al examen sólo lo hicieron 28, de los que 14 superaron la prueba (1 Sobresaliente y 13 Aprobados), resultando suspensos 14 alumnos, y 54 no presentados.
El día 8 de febrero se realizó el examen de “recuperación”. El resultado del examen fue el siguiente: 4 Notables, 5 Aprobados, 15 Suspensos, y 39 No presentados.
Los resultados globales, como puede verse, indican que sólo siguieron el curso adecuadamente un 60 % de los matriculados. Otro 29 % se desinteresó y/o abandonó, puesto que no se presentó a los exámenes. Por último, el 11 % no superó la asignatura, pese a ser evaluados de forma continua y disponer de dos exámenes.
De los alumnos que bien por evaluación continua, bien por examen, trataron de superar la asignatura (104), el 85,6 aprobó, y el 14,4 suspendió.
A continuación, se presentan los datos relativos a la superación de la asignatura, según la preferencia mostrada por los estudiantes durante el período de preinscripción.
A continuación, se presentan los datos relativos a la superación de la asignatura, según la preferencia mostrada por los estudiantes durante el período de preinscripción.
CONCLUSIONES
1. La experiencia del primer curso del Plan Bolonia ha sido muy prometedora, a pesar de los problemas de carácter administrativo y de comportamiento en el aula los primeros días de clase. Éstos se han visto compensados por el interés creciente manifestado por los alumnos a lo largo del curso, a medida que los estudiantes carentes de motivación dejaron de asistir a clase. El trabajo del profesor se ve incrementado respecto al sistema tradicional, pero el método es muy estimulante en la medida en que el diálogo permanente con los alumnos le permite conocer en cada momento el grado de aprendizaje de cada uno de ellos y el nivel general del grupo y atender a las necesidades concretas de explicación y ayuda que cada alumno requiere en cada momento del curso. Es explicable el temor de algunos profesores a verse asaeteados a preguntas por los alumnos, que pueden colocarle en un brete. Pero ese es nuestro oficio: aprender y enseñar con honestidad. Para un profesor con cierta veteranía (la mía es de de 37 años en la tarima) la experiencia ha sido muy aleccionadora y gratificante. Si la clase tiene por objeto allanar al alumno las dificultades que encuentra en el estudio, con este método el alumno dirige la clase en la medida en que el profesor explica las dudas que el alumno le formula en forma de preguntas. El profesor explica lo que el alumno, que ha estudiado la materia antes de la clase, le pide que explique porque no lo entiende o le ofrece alguna dificultad. El método me ha permitido conocer a cada alumno, su nivel y sus dificultades, y a los alumnos les ha situado ante su propio esfuerzo y conocimientos y ante el de sus compañeros; ello les ha obligado a valorar objetivamente tanto los resultados de su aprendizaje como el de sus compañeros.
2. El número de alumnos por clase resulta excesivo tanto en las clases prácticas como en las teóricas. Ha facilitado la comunicación en la clase con los alumnos la indicación del profesor de que colocaran delante de ellos, de forma y tamaño legible, su nombre escrito, para que el profesor pudiera identificarles. Pero es preciso formar grupos más reducidos y, de no ser así, limitar el número de alumnos. Las clases teóricas no deberían superar el número de 60 alumnos y las prácticas el de 20.
3. Sería muy recomendable estudiar las razones por las que la excepción de admitir a un alumno fuera de plazo sin preinscripción se ha convertido en regla, pues representan el 29% de los alumnos matriculados. Ignoro que puede mover a tal actitud pero lo cierto es que estos alumnos constituyen el grueso del fracaso escolar. De los alumnos que no formalizaron preinscripción y se matricularon mediante la “carta de admisión” en la ULE, el 81% no se presentó o suspendió. Desconozco las causas de que estos alumnos no se preinscribieran pero no es difícil suponer que ello se pudo deber a que, o bien no tenían intención de cursar estudios universitarios o se preinscribieron en otras universidades en las que no encontraron acomodo.
4. Llama la atención los buenos resultados de los alumnos que no deseaban en principio estudiar Derecho. Invita a una reflexión sobre el nivel de formación y las expectativas que los alumnos tienen cuando deciden estudiar en nuestra Facultad.
5. La Universidad debe seleccionar y matricular a los alumnos antes de empezar el curso. Esto puede parecer una obviedad, pero el trabajo al que obliga al profesor no disponer de un listado de alumnos desde el primer momento multiplica innecesariamente su esfuerzo.
6. Finalmente, considero que debería haber más tiempo entre los exámenes. No tiene justificación realizar dos exámenes con 7 días de diferencia. Los alumnos que suspenden el primer examen no disponen de tiempo suficiente para preparar el segundo, dado que en esos 7 días están realizando los exámenes de todas las asignaturas del semestre.
* César Rascón García. Catedrático de Derecho Romano
c.rascon@unileon.es
Veo que el trato de estudiantes universitarios, mayores de edad, como parte del proceso educativo no se ha tenido en cuenta. Que se trate a jóvenes que a través de la educación superior se van a convertir en personas adultas y formadas (o eso se supone que es en lo que se basa la educación, sobre todo la superior) como si fueran meros estudiantes de instituto no merece ningún tipo de atención.
ResponderEliminarLos estudiantes son tratados como números, como si fueran vacas que aprenden Derecho Romano. Si estuviéramos una granja universitaria no habría nada más que decir, pero estando en una Universidad de (supuestos) humanos, ese trato a un parte tan importante en la educación como es el estudiantado da, como poco, un poco de grima. La Universidad no puede ser tratada desde el punto de un servicio de profesores a clientes-alumnos. Y si es así, que se le deje de decir que la universidad es un "centro de educación" para sustituirlo por un "centro de expedición de títulos".
Curioso que la matriculación tardía, asociada con el fracaso, sea a la vez un problema notable y la condición que permite una clase no masificada donde sea viable la evaluación continua. En algunas universidades proponen al propio alumno que prepare y exponga la materia y con una exposición aprueban(prof.asociados). También es muy útil un test semanal obligatorio, antes de la clase teórica. Un saludo.
ResponderEliminar¿cuantas asignaturas son necesarias aprobar para que no te echen de la facultad en el primer año?
ResponderEliminarEs que existe una corriente de personas que dicen que son necesarias 2 y otros 1 asignatura
Hola,
ResponderEliminarLes recomiendo www.inoponible.cl Es una pagina con preguntas y respuestas del examen de grado de Derecho. Posee apuntes y audio de Derecho.
Saludos