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sábado, 30 de enero de 2010

No es sólo Bolonia. El ejemplo del aprobado por compensación. Por Miguel Díaz y García Conlledo

Últimamente tiende a cargarse todas las culpas de las deficiencias de la universidad española al conocido como proceso de Bolonia. Éste no es en sí un desastre, sino que recoge algunas cosas muy positivas, que, por cierto, ya venían haciéndose en las universidades serias de diversos países europeos. Otra cosa es el desarrollo particular del proceso en los distintos países. Si algunos tan serios como Alemania se han negado a implantar Bolonia para ciertos estudios, como Derecho, por algo será; pero, sobre todo, la bolonización a la española (donde lo menos importante de todo son los contenidos que hay que enseñar) me parece bastante catastrófica, como han denunciado diversas voces en éste y en muy diversos foros, y, de hecho, soy uno de los más de mil trescientos firmantes del manifiesto para sacar de ese proceso los estudios de Derecho. Pero que no nos guste la bolonización a la española no debe querer decir que nos complazca lo que había y lo que hay. Creo que, antes de Bolonia, eran ya muchos y de muy diversa índole los vicios y deficiencias de nuestra universidad, merecedores de corrección. Voy a centrarme aquí en uno sólo, que me parece significativo y que no se refiere desde luego a ninguno de los tiempos que a menudo se tachan de “rancios” en nuestro panorama universitario: la evaluación por compensación.
Desde hace ya bastantes años, diversas universidades españolas han incluido entre sus posibilidades la de que un alumno que está cerca de concluir sus estudios, pero se le atraviesa alguna asignatura o créditos, pueda superar esa circunstancia sin examinarse, recibiendo, con ciertos requisitos, un “aprobado por compensación”. Una de esas universidades (aunque no fue la primera) es la mía, la de León. En ella me fijaré, por ser la que mejor conozco, pero estoy seguro de que la situación es muy similar en otras muchas.
Hace unos años cometí la insensatez de dejarme embarcar en un proceso electoral de Rector en la Universidad de León; mi papel era el de miembro del equipo rectoral de una de las candidaturas, en concreto como aspirante a Vicerrector de Ordenación Académica y Profesorado. En mi equipo se planteó la introducción en el programa de una forma suave de evaluación por compensación, entonces (año 2000) inexistente. Inmediatamente me negué a asumir esa propuesta hasta el punto de que anuncié que, si iba en el programa, yo salía de la candidatura. Afortunadamente, la mayoría de los miembros de la candidatura compartieron mi postura y nuestro programa no incluyó esa forma de aprobar. Perdimos.
Quien ganó las elecciones promovió la implantación de la evaluación por compensación en la Universidad de León, consiguiéndolo, naturalmente, de un Consejo de Gobierno bastante fiel en su mayor parte. La primera regulación, prescindiendo de detalles, dejaba en manos de comisiones de las distintas facultades y escuelas la decisión sobre la evaluación por compensación. Se comprobó como en general estas comisiones denegaban el aprobado (en la Facultad de Derecho no hubo ni un solo aprobado por compensación, desde luego) porque normalmente no se trataba de alumnos con una carrera normal o brillante ni que hubieran sido objeto de abusos por el profesor correspondiente, sino de alumnos con grandes dificultades para aprobar la inmensa mayoría de las asignaturas. Ante esta situación, ese mismo equipo rectoral promovió un cambio, en el que, además de esa modalidad, se incluyera otra en la que, con ciertos requisitos, el aprobado por compensación fuera automático; el Consejo de Gobierno lo aprobó y ésa es la situación actual, pese al cambio de equipo rectoral producido hace ya un año y medio (¡cualquiera da marcha atrás en cuestión tan delicada!).
Por lo tanto, en mi universidad conviven dos modalidades de evaluación por compensación (la normativa completa puede verse aquí ): la ordinaria (pero mucho menos usada), que resuelven comisiones de los centros y a la que el alumno puede someterse para los siguientes casos: “a) Planes no renovados (no estructurados en créditos):/ Una asignatura anual o dos cuatrimestrales debiendo tener superado al menos el 85% de las asignaturas de la titulación./ b) Planes renovados (estructurados en créditos):/ Hasta un máximo de un 6% de los créditos de la titulación, teniendo superado al menos el 85% de los créditos de la misma. Como caso excepcional en aquellas titulaciones estructuradas en ciclos, se podrá solicitar la Evaluación por Compensación en el primer ciclo de dicha titulación, estando sujeta a los mismos requisitos que se han establecido para las titulaciones no estructuradas en ciclos”; y la automática, la más utilizada: “Las solicitudes que cumplan los requisitos exigidos en el presente Reglamento habrán de ser resueltas por el Centro favorablemente en los siguientes casos: a) Que se trate de la última asignatura para terminar la carrera, siempre que haya agotado al menos cuatro convocatorias de examen y la nota de alguna de ellas sea igual o superior a un 3./ b) Que se trate de una asignatura ‘llave’ para otras asignaturas, haya agotado al menos cuatro convocatorias de examen en dicha asignatura y la nota de alguna de ellas sea igual o superior a un 3”.
De modo que un alumno puede licenciarse en Derecho sin haber aprobado alguna asignatura de Derecho Civil, Procesal o Administrativo, por ejemplo. Y, si el ejemplo de Derecho, que me es el más cercano, no escandaliza (“al fin y al cabo, el Derecho cambia y ya aprenderán después”, dirán algunos insensatos), ¿qué se diría de aprobar Medicina sin superar –demostrando conocimientos- Anatomía Patológica General o alguna de Medicina y Cirugía de Aparatos y Sistemas? ¿o de ser Ingeniero Aeronáutico sin haber aprobado Prevención y Seguridad o Sistemas de Control?
El fin del sistema es, según la normativa de la Universidad de León, “dar solución al problema que supone que algunos estudiantes, por causas de diversa índole, no superen una asignatura determinada, viéndose obligados a abandonar sus estudios o a trasladarse de Universidad”. Otros cuentan en voz baja que es para terminar con los abusos de ciertos profesores que cogen manía a alumnos o son absurdamente duros (¿de verdad no habría otro medio de corregir a profesores injustos y arbitrarios?, o ¿no hay valor para ello?), otros hablan de alumnos a los que se les atraviesa una materia y ya no pueden con ella (¡pobrecillos!) o descaradamente de que hay que tratar bien al alumnado y no perder ni un solo estudiante, que se nos hunde la universidad (y con ella, claro, algunos cholletes). Seamos serios: el aprobado por compensación, mucho menos si es automática, no tiene posible justificación. (estoy dispuesto a oír argumentos en contra).
Esta medida es una más de las que forman parte de la concepción del alumno como pieza que hay que mimar con todo tipo de caprichos y que debe marcar la vida universitaria, sin exigirle demasiado, del alumno-dios. De acuerdo en que el alumno es básico en la universidad (aunque no su fin exclusivo). Pero muchos de los que mantienen lo anterior no tienen empacho en enseñarle al alumno los mismos apuntes dictados de hace veinte años, en que éste no vea jamás un libro, en faltar a clase cuando les viene en gana (sin que, por cierto, pase nada, sobre todo si el número de aprobados es alto), incluso en no pisar más que raramente la universidad de la que son profesores. Muchos alumnos ven en ello formas fáciles de aprobar y no miran más allá del corto plazo. Ambos se equivocan: si no queremos formar personalidades inmaduras y con tendencia a la vagancia y a la autocomplacencia, personas incapaces de pensar sobre las materias cursadas por sí mismos o hasta una especie de inimputables o semiimputables, sino personas con conocimientos, capacidad de crítica, hábitos de lectura y profundización en las materias a las que se enfrentan, profesionales bien formados, debemos dar al alumno todas las posibilidades, pero esforzándonos en una docencia actualizada, no basada en apuntes ramplones y rancios y sí conectada con la investigación, fomentando sus hábitos de crítica y profundización en la materia por el estudio, no haciéndoles regalitos de fin de carrera como el aprobado por compensación, dándoles, en definitiva, lo más y mejor posible, pero exigiéndoles como corresponde. Estudiar puede ser una maravilla, puede producir incluso placer y, desde luego, proporcionar desarrollos profesionales y personales riquísimos, pero requiere en todo caso esfuerzo, mucho esfuerzo. Afortunadamente también hay alumnos que lo saben y lo prefieren: a ellos nos debemos especialmente.
Comenzaba diciendo que la Bolonia a la española no es culpable de todo. Ahora bien, me temo que el aprobado por compensación, como prueba (una más) de un “alumnismo” barato y de una cómoda falta de exigencia, encaja perfectamente en nuestra Bolonia particular, tan preocupada por las habilidades y competencias y tan poco por la formación en contenidos, por la “empleabilidad” más que por la calidad de los profesionales, por eliminar el fracaso escolar, aunque sea considerando un demérito en la evaluación del profesorado una alta tasa de suspensos, etc. Frente al “delenda est Bolonia” del Prof. Yzquierdo Tolsada, algunos parecen opinar que lo que debe ser destruido es la propia Universidad. ¡Qué pena!
*Miguel Díaz y García Conlledo es Catedrático de Derecho Penal de la Universidad de León.

16 comentarios:

  1. La guinda del pastel está lo de la firma del acta.
    - El profesor X ha corregido un examen que tenía un 3 sobre 10.
    - El Komisar lo compensa.
    - Y luego ese profesor tiene que firmar un acta con una falsedad: que en su evaluación le ha correspondido un CINCO - APROBADO.

    ¡Es absurdo! Debe firmar la calificación quien evalúe. Si no, ¿qué significa la firma?. Si te ha aprobado el Komisar, debe firmar él el desaguisado. Lo otro es obligar a firmar una falsedad. ¡Habrá que firmar "por imperativo estatutario"!

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  2. Demagogia de la peor especie, inexcusable irresponsabilidad de las autoridades académicas. Si un profesor es arbitrario en sus calificaciones o son por alguna razón sospechosos los resultados de sus evaluaciones, que sea investigado con garantías y, si hay motivo real, sancionado. Sin perder de vista, por supuesto, que las asignaturas, y en especial algunas, son por definición complejas y difíciles y requieren mucho estudio y esfuerzo. Sí, estudio y esfuerzo. Lo que no resulta de recibo es el argumento de que puesto que algunos profesores califican con demasiada dureza, su asignatura deja de tener importancia para la formación del estudiante. Ridículo. Tan ridículo como pensar que si a un estudiante se le da muy mal una materia, basta que apruebe las otras y por esa se le compensa y no tiene importancia que su formación sea incompleta. Una estafa. ¿Razón de todo ello? Lo dice bien el post: importa el estudiante porque paga matrículas y justifica el montaje, pero no importa su formación. Quiero decir que no importa su formación ni a las autoridades ni a casi nadie. La Bolonia pícaramente aplicada en este país es la culminación de esa tendencia: que todos aprueben haciendo paripés o como sea. Si la sociedad fuera decente, lo impediría y comenzaría a dar patadas en el culo a tanto mandanga timador disfrazado de reformista a la última. Pero la sociedad encantada, así que...
    Algún día, en alguna parte de España, tendrá que resurgir una universidad seria que se gane un prestigio por el valor de sus títulos y la calidad de sus titulados. O eso o cerrarlas todas.

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  3. Si existe el aprobado por compensación es porque los mismos profesores admiten y aceptan que en ciertas asignaturas es complicado aprobar, no por la dificultad intrínseca de la asignatura en cuestión, si no por la forma de evaluar que la mayoría de las veces no refleja en absoluto los conocimientos sobre la asignatura. Siendo así, ¿No sería lógico cambiar estos métodos en lugar de regalar aprobados de forma arbitraria?
    Pues sí, pero supondría trabajo, y si los alumnos tienen que trabajar, está bien. Pero cuando se trata de los docentes, ya es otro tema
    Un saludo

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  4. Estoy con Nebulina. Yo me licencié este septiembre; tengo una media de 7 (no es de las más altas pero tampoco está mal); y me he sacado la carrera a curso por año.
    Ahora os expongo un caso (personal, por cierto, pero no anómalo). En mi carrera hay una asignatura en tercer curso que absurdamente díficil de aprobar, no por la dificultad intrínseca de la materia, sino por la penosa labor docente del profesor. Por poner un ejemplo, he llegado a ver casos de correcciones en clase de un día 1, que cambian al día 2 y que, ante la pregunta al profesor sobre dicho cambio, este abronca a la clase aduciendo que falta de atención (por relatarlo suavemente). Otro caso es el de una corrección en un examen, en el cual llegó a corregir una parte de maneras distintas. Cuento estas anécdotsa, no inusuales, para mostrar el punto al que puede llegar dicha materia.
    Pues bien, en mi caso aprobé este septiembre en cuarta convocatoria, pero tenía pensado pedir el aprobado por compensación si suspendía. Ya no es que las clases sean una pérdida de tiempo debido a la penosa comunicación del profesor, sino que las correcciones son absolutamente lamentables.
    Solución? Ustedes dirán "Denuncia la situación ante la facultad, o ante la universidad". Pues bien, es algo que ya se hizo pero, como muchas veces sucede, el corporativismo está a la orden del día. Ante dos denuncias, una ante el departamento y otra ante la facultad, se dió la misma respuesta: si bien consideraban que podía haber algunas carencias en la materia, no iban actuar en contra del profasor por falta de razones que lo justificasen. Incluso una de las personas que debían juzgar la situación en el consejo nos advirtió, extraoficialmente, claro, de que en dicha facultad nunca se sancionaban profesores, porque "no iban a actuar en contra de un colega".
    Dicho todo esto, llegada esta situación, a que proponen que recurra el alumnado como solución?

    Ahora, espero sus opiniones al respecto.

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  5. Miguel Díaz y García Conlledo1 de febrero de 2010, 9:13

    Queridos Nebulina y Anónimo:

    Comprendo lo que denunciáis, aunque creo que no es el caso habitual. Yo no he dicho que el problema sea de los alumnos, no son ellos quienes han establecido el aprobado por compensación. Y claro que hay docentes malos, vagos e injustos, aunque mi experiencia es que éstos tienden a aprobar mucho. Y por supuesto que existe corporativismo. Pero nada de ello justifica hacer rebajas de fin de carrera. Ya existen en muchas universidades otras posibilidades, como la de revisión de examen por un tribunal. En cuanto a las denuncias, si se insistiera en ellas, acabarían por tener efecto. Y se pueden pensar otras soluciones: exámenes por otros profesores o incluso por expertos externos en los casos denunciados, por ejemplo. De cualquier modo, la solución debe ser excepcional: por ejemplo para los casos que denuncia Anónimo de media de 7 o más, y, repito, no consistir nunca en el regalito o rebaja de fin de carrera.

    Gracias por los comentarios.

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  6. Es cierto que Bolonia tiene aspectos positivos, como casi todas las cosas en la vida; el problema, en mi opinión, es que en la Universidad de León no se ha hablado ni de los positivos ni de los negativos. Y en esas condiciones, la Universidad de León acaba de aprobar una normativa que, utilizada como se ha utilizado otra normativa aparentemente inocente: Nombramiento de profesor responsable, Instrucción del rector de 18 de julio de 2007, etc., permitirá "atornillar" convenientemente a los profesores que no estén amparados por algún grupo de poder o de influencia. No es de extrañar que en ese ambiente, en el que la normativa puede ser impunemente utilizada a capricho de quien puede hacerlo, se incuben situaciones que terminen en condenas infamantes para una Institución como la Universidad.
    Hay que decir que el aprobado por compensación se reguló en esta universidad nuestra después de que fuera utilizado como arma electoral en las elecciones de 2004, con gran tratamiento mediático "comme il faut", para que surta efecto aquello de "perseguir a uno para intimidar a muchos".
    Claro que se puede dar "marcha atrás" y derogar el aprobado por compensación automática, ¿no se derogó el "parte de clase" sin que se sepa todavía el motivo por el que se hizo?.
    Pese a la "automatización" del aprobado automático, el profesor tiene, preceptivamente, que redactar un informe sobre las calificaciones otorgadas al alumno, en las diversas pruebas realizadas en dicha asignatura (letra c) del art. 8.1 del Rgto.). En mi caso, que realizo varias autoevaluaciones en cada curso, en el último aprobado automático tuve que recoger en el informe del último alumno aprobado por compensación automática, las 16 notas de las autoevaluaciones realizadas en 2008-2009, además de las de los 6 últimos cursos en los que el alumno en cuestión estuvo matriculado en Fundamentos Físicos de la Ingeniería, si bien, los tres primeros no se presentara nunca a examen.
    Finalmente, a tus atinados ejemplos de asignaturas básicas de una profesión como la de médico, o ingeniero aeronáutico, añadiría yo la de "Fundamentos Físicos de la Ingeniería",a la que creo que es generalmente reconocido su condición de "espina dorsal" de la ingeniería, de cualquier ingeniería, por su valor formativo, pero mucho más de una ingeniería "constructora" como es aquélla a la que presto mis servicios.
    Ánimo, que nos va a hacer falta.

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  7. De acuerdo, en una universidad seria y de calidad es una aberración que se apruebe una asignatura sin haber aprobado el exámen. Pero esa universidad ideal no existe. Yo me acogí en su momento a la evaluación por compensación automática para la última asignatura, no era un estudiante brillante, pero si normal, llegando a septiembre del 5º año con una sola asignatura por aprobar, lo que creo que está por encima de la media del resto de mis compañeros. Ante la actitud del profesor de la asignatura que cambiaba los criterios de valoración de una convocatoria a la siguiente (dentro del mismo curso), y aplicaba distintos criterios según quien fuese el alumno en cuestión (no es que a mi me tuviese manía el profesor, es que tenía especial aprecio a otro/s) presenté una reclamación que se me desestimó, así, sin más. La verdad, lo esperaba, no es que me creyera en posesión de la verdad, pero en una universidad ideal, se me hubiese contestado con motivos la desestimación, no con una desestimación que me sonó a corporativismo y falta de valor para explicar porque había sucedido aquello, o por que no yo no tenía razón. Sólo espero, que por lo menos mi reclamación sirviera para que se supiese lo que estaba pasando.

    En cuanto a los exámenes por otros profesores...este mismo profesor (que es un bocazas) comentó mi caso en clase con los nuevos alumnos afirmando que me iba a enterar de lo que valía un peine (por decirlo de manera fina) si él se negaba a corregirme el exámen y yo lo tenía que hacer frente a un tribunal ad hoc (¿hay mafia en la escuela y no me he enterado?) no digo que finalmente no hubiese aprobado en condiciones normales con el profesor en cuestión, que se permitió el lujo de montarme un número por la reclamación que presente en venganza después de hacer un exámen amenazándome con que si presentaba otra reclamación no me volvía a corregir el exámen (otra vez la mafia). Si no hubiese tenido la oportunidad de evaluarme por compensación no hubiese tenido la oportunidad de poder aprobar unas oposiciones, por lo que doy gracias al sistema ya que sin ese pequeño matiz hoy día no tendría trabajo alguno.

    Por lo expuesto, repito, veo normal que los profesores miren con recelo el sistema, no es el método ni mucho menos correcto para aprobar una asignatura, y habrá casos sangrantes, pero creo que es un mal menor ante la falta de valor que hay hoy en día en la universidad para afrontar otros problemas de fondo, si no ya se me dirá porqué NO ES el profesor que habla del tema abierta y públicamente, responsable de una asignatura de las que habitualmente se evalúan por compensación.

    Gracias por leerme. ¡Un saludo!

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  8. caspa, caspa, caspa über alles

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  9. Miguel.

    Estaba buscando por curiosidad informacion sobre Bolonia y el como afecta a los ya titulados técnicos que quieran evolucionar academicamente y me he encontrado con su articulo, al que no me puede resistir a comentar.

    Hace mencion a que no parece adecuado que un alumno acabe una carrera sin tener los conocimientos que debiera (logico) y ello es incompatible con la compensacion y hace referencia expresa a la asignatura de prevencion y seguridad de Aeronautica de León. Mal ejemplo.

    Yo he sido alumno de dicha carrera y he aprobado esa asignatura. Mi intencion fue, en el caso particular de esta asignatura estudiar lo impresicindible para quitarmela de encima. Y si hubiera podido hacerlo con menos esfuerzo lo habría intentado.

    A título de ejemplo del contenido de dicha asignatura ¿Cree que un Ingeniero Aeronautico necesita poder desarrollar la morfologia de un casco de obra?

    Creo que en todos los campos profesionales hay que distinguir entre lo que un profesional debe saber y ser fundamento de su dia a dia, y de lo que un profesional debe tener informacion para llegado el caso, profundizar.

    Yo ya acabé la carrera y trabajando en temas directamente relacionados con el contenido de practicamente todas las asignaturas.

    Para saber que tengo que ponerme una chichonera debajo del ala no necesito calcular el factor de resitencia a compresion lateral (Aunque ya puestos, apostaria a que es nulo).

    A veces un alumno se enfrenta a dos retos. El de aprender y el de aprobar. Que yo sea consciente de que existen ciertas variables en la variedad de cascos puede que me sea util en algun momento, pero llegado ese momento, tendría las bases para buscar la informacion que necesitase. Quizas la primera vez no fuese tan rapido ni efectivo como si hubiera basado mi existencia en ello, pero estoy convencido de que sería igualmente util.

    Epilogo. Es dificil ser alumno pero mucho mas dificil es ser maestro (que no profesor que de esos está el mundo lleno). Saber discriminar lo que se debe aprender de lo que se debe tener constancia. Saber motivar por el contenido de su asignatura, que no saber desarrollar unas ecuaciones o leyes (que eso lo saben hacer las maquinas).

    Si motivas a alguien a interesarse por tu temario, su capacidad de asimilacion aumenta exponencialmente. Los examenes debieran ser una herramienta de evaluacion con mucho menos poder, pero es mas facil "trabajar".

    Un saludo

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  10. Miguel Díaz y García Conlledo3 de febrero de 2010, 21:58

    Querido Anónimo:

    Me parece muy sensato lo que dices y, además, pido disculpas si no elegí bien las asignaturas de titulaciones distintas a Derecho que ponía como ejemplos. Es verdad que a veces para lo que se enseña es mejor no aprenderlo. Pero me reconocerás que eso habrá que solucionarlo de alguna manera distinta al aprobado por compensación.

    Gracias por todos los comentarios. Saludos cordiales.

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  11. Totalmente de acuerdo, Miguel

    No cabe en un solo comentario. Permíteme responderte en dos consecutivos.

    A nadie se le debe dar por superado un curso (universitario o no universitario) sin haber adquirido un mínimo de conocimientos y demostrado un mínimo de capacidad. Ahora bien, esa es la base, y los medios para conseguirlo pueden ser los correctos o no.

    De momento me considero estudiante profesional (He pasado mas horas delante de un profesor que delante de cualquier otra persona, al igual que cualquier persona de una edad no elevada que halla seguido con sus estudios mas allá de la EGB, ESO o como sea ahora).

    Con este historial creo que tengo criterio para discutir lo siguiente con un profesional de la educación, sin riesgo a que me suspenda ;). Creo que los problemas de este sistema educativo son 3.

    1. Muchos profesores, la mayoría, no son buenos profesionales. Enseñar no consiste en contar conocimiento sino en transmitirlo y conseguir que el alumno lo asimile.

    Afortunadamente, en mis años universitarios, salvo excepciones puntuales, cada profesor que tuve cumplía con su objetivo como maestro, ya fuera más agradable o más bruto. Transmitían el conocimiento con pasión y con fundamento. Inclusive el profesor de la asignatura mentada de prevención. El profesor era docto en su materia. El problema en este particular era que su materia no era coherente con la carrera. No es lo mismo prevención en ingeniería de minas, que en aeronáutica.

    Pero en el instituto y el colegio si me encontré con muchos cuyo objetivo era no complicarse la vida. Y algunos niños/adolescentes son/fuimos complicados. Algunas asignaturas nos gustaban y otras no, y las estudiábamos en consecuencia.

    En el año 90, con 12 años, no existía internet. Sin salir más que unos pocos Kms a Francia y Portugal, para que el inglés? Era raro, no lo entendía, no me hacía falta ni veía necesidad, y solo me daba problemas porque lo suspendía y me fastidiaba los veranos. Y al final de tanto sufrimiento me aprobaban porque era la que me quedaba.

    Llegó un momento en el que descubrí que iba a necesitar hablar inglés como español. Solución. Un año de trabajo (precario laboralmente, pero fructífero lingüísticamente) en Londres. Objetivo cumplido.

    Si un profesor de inglés de los muchos que he tenido me hubiera demostrado que me iba a hacer falta, si me hubiera motivado a aprenderlo, habría pasado mejores veranos. Y lo mejor/peor. Al final me aprobaban porque si. ¿Hubiera sido una solución hacerme repetir sine die? No. ¿Hubiera sido un lastre para mi carrera la compensación que recibía, si no hubiera tomado medidas antes? Si.

    Sigue …

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  12. …Viene de la anterior

    Al final son 3 comentarios seguidos. Estoy prolífico hoy.

    2. Parece que todo el mundo tiene que estudiar lo mismo para ser alguien en la vida. ¿Porque?

    He sido siempre un negado en aquello que no me motiva (Letras principalmente). Historia, literatura, etc. ¿Porque debo aprender historia si no me interesa? Soy peor persona por no tener ni idea de los autores pertenecientes al sigo de oro? Como apuntaba ayer, hay que discriminar la diferencia entre necesidad de aprender y necesidad de conocer.

    ¿Y quien está cualificado para indicar a quien le interesa aprender qué y a quien conocer qué? ¿A un niño? Por supuesto no. ¿Sus padres, profesores? Tampoco. Lo ideal sería que cada niño fuese evaluado para determinar sus aptitudes y potenciarlas, por supuesto, teniendo en cuenta los “gustos” del individuo, en función de su madurez.

    Si a alguien no se le da bien el memorizar “porque si”, no le gusta la historia, y no tiene el mas mínimo interés en aprenderse la lista de los reyes Godos, ¿porque hay que obligarle a que se la aprenda? ¿Le hace mejor persona? ¿Le resuelve la vida? Sin embargo, si en lugar de tener que memorizárselo porque sino le catean se lo presentasen como una “película”(dentro de contexto) con “acción”, seguro que el “no me gusta” se transforma en “interés o curiosidad”. No es fácil pero hacer que el acero se sustente en el aire o flote en el espacio tampoco.

    Lo que ocurre es que eso es difícil de conseguir y laborioso, y en las condiciones actuales, encima, el profesor que lo intentase lo normal es que se tornase frustrado en cuanto le entre un alumno mal educado, y ahí entramos en el punto 3.

    3. Alumnos mal educados. Hay personas que no debieran poder tener hijos. La educación de un hijo es responsabilidad al 95% de sus padres. Los padres deben enseñar a los hijos que es lo que deben aprender del otro 5%. Si yo fumo, ¿como voy a decirle a mi hijo que diga no cuando se lo ofrezcan por primera vez? Si mi hijo es la autoridad de la casa, ¿como va a permitir ser menos fuera? Si mi hijo no ve respeto en mis actos, ¿Cómo va a respetar los de los demás?

    Hay padres que no educan a sus hijos, se limitan a darles de comer y esa carga se trata de desplazar a la sociedad, colegios, etc. Si no educas a tus hijos, no pretendas que lo hagan otros, así que en lugar de llevarlos al colegio, te los quedas hasta que les enseñes a respetar. Evidentemente esto va en perjuicio del niño que no tiene culpa ninguna, por lo que yo directamente le quitaría la patria potestad al padre hasta que demostrase que esta cualificado y comprometido con la educación de su hijo. Entre mientras el niño recibiría la educación necesaria que le daría un profesional en nombre de la sociedad.

    Sigue …

    …Viene de la anterior

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  13. …Viene de la anterior


    Finalizo:

    1. Se soluciona limitando las plazas de profesor a aquel que sea competente en el campo de su asignatura, (adaptado al nivel del curso en el que se imparta), a aquel que además, sepa transmitirlo y que sepa incentivar en cada alumno el interés por dicha asignatura. Evidentemente ello requiere de menos alumnos por clase.

    2. Cada niño debiera ser evaluado en varios momentos de su vida para descubrir sus aptitudes y orientarle en base a ellas. El temario de sus estudios debieran tomar como variable muy importante (no la única) esta evaluación. Evidentemente esto es muy caro.

    3. Hay que tomar medidas contra aquellos padres que mal educan a sus hijos para que lo corrijan o pierdan la patria potestad. Y para mal educar no hace falta llegar al extremo de apagar cigarros en la espalda.

    Conclusión: Una persona normal, que ha recibido una buena educación en su casa, que ha tenido buenos maestros, y con una educación adaptada a sus aptitudes tiene muy fácil que cuando empiece su carrera profesional, sea en el nivel que sea, produzca mas para el y para la sociedad, y sea más feliz, lo cual entiendo es el objetivo de todo el mundo.

    A corto plazo, la implantación de estas ideas sería un caos y probablemente la sociedad la rechazaría, pero para una persona simple, de números, las cuentas a una generación vista son claras. No obstante, si fuera fácil esto no lo estaría diciendo por internet sino en una tribuna en el ministerio de educación.

    En fin, en cualquier caso, un placer discutir contigo, Miguel.

    Un saludo

    Juan Carlos

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  14. Miguel Díaz y García Conlledo4 de febrero de 2010, 17:50

    Querido Juan Carlos (anónimo):

    Te agradezco tus extensos comentarios y es difícil no estar de acuerdo en casi todo contigo. Sólo alguna pequeña matización: se debe intentar motivar, sin duda ninguna, a quien aprende (aunque hay quien no se deja), pero no basta con contar las cosas como si fueran una película: a menudo hay que ser sincero y enseñar que aprender no es como jugar o ver una película, sino que cuesta, que requiere esfuerzo ... pero vale la pena. Por otro lado, la lista de los reyes godos es un ejemplo muy manido de un tipo de aprendizaje puramente memorístico (que también tenía cosas buenas, ¿eh?); pero, sin llegar a eso, creo que sí es bueno que todos aprendamos algunas cosas: por ejemplo, me parece de perlas que lengua exista hasta el final del bachillerato y, si de mi dependiera, también deberían ser obligatorias las matemáticas (y podría seguir con otras cosas). Se trata de muletas imprescindibles para el desarrollo de la capacidad de pensar en cosas de cierta complejidad y de expresarlas.

    Saludos muy cordiales. Miguel.

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  15. Alumno de electrónica, con resistencia de materiales pendiente y el proyecto depositado esperando aprobar para defensa. 4 convocatorias gastadas... y 4 últimas convocatorias 5 aprobados de 200 en cada una de ellas. Nota media de mi expediente 8,2 (en ingeniería ojo, que esto no es fácil cómo todos sabemos). Docencia lamentable y tras un duro verano de trabajo con el libro Ortíz Berrocal por mi cuenta, suspenso al canto otra vez.

    ¿Ustedes creen que tengo ganas de acudir a la falacea del tribunal de compensación?. Es vergonzante para un expediente como el mio. Pero y los docentes qué... la universidad a la que pertenezco no atiende a las quejas "según ellos" sin razón... mucho sillón comprado a base de favores y a los alumnos que nos den...

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  16. Buenas,
    Buscando información sobre la evaluación compensatoria di con este artículo que aunque sea de 2010 veo que dio de sí. Comparto algunas opiniones pero siendo totalmente sincero, creo que no somos nadie para generalizar si es licito o no que a un alumno se le conceda este tipo de aprobado, obviamente partiendo de la base de que la posibilidad existe.
    Cuento mi caso: familia muy humilde. Primer hijo que llega a pisar una universidad, entro con matricula de honor del COU, esto significa primer año de matrícula pagado por el estado. Aún así me vi en la necesidad de buscar trabajos temporales para costear gastos. Porque obviamente no todo es "matricula", también es transporte, libros, material...me quedaron dos asignaturas (de 12), que para estar también currando no estuvo nada mal. A currar todo el verano para tener dinerito para el segundo curso y así sucesivamente. Cada año me iban quedando algunas mas y mezcle asignaturas de varios cursos. En mi carrera, Económicas, al llegar a tercero elegías optativas, ufff, la mayoría con horario de tarde, esto ya me rompió por completo, porque ¿cómo compaginar clases mañana y tarde y un trabajo para poder costearlo?, repito, mi familia era muy humilde, y lo poco que entraba en casa se destinaba a lo básico, comida, alquiler y poco más. En definitiva, para no aburrir. Me busqué las habichuelas, como se suele decir y me presenté a un par de empresas relacionados con mi sector. Pues bien en el 6° año de carrera, aun con 6 asignaturas por sacar (esta licenciatura son 4 cursos en mi universidad y no lleva prácticas ni proyecto) consigo hacer practicas en una empresa relacionada con lo mío para conseguir dinero. Dos años estuve con contratos de prueba pero lo cierto es que aquello era lo mío, y mientras fui intentando sacar alguna asignatura porque mi intención siempre fue terminar la carrera, pero conseguí contrato fijo, eso ya eran palabras mayores. Les aseguro y no soy yo sólo el que lo piensa en mi facultad, que del plan de estudios puedo contar con los dedos de UNA mano las asignaturas verdaderamente útiles para el mercado laboral en el que se mueve un estudiante de economía cuando sale a buscar trabajo, al menos en Las Palmas ¿De verdad piensan que porque un estudiante compense una asignatura es menos valido como profesional? Les aseguro una cosa, cuando ves que tienes un trabajo estable, que estas considerado en él, que es lo tuyo, y que por culpa del plan de estudios que es totalmente teórico y no enseña ni una cuarta parte de lo que debes saber cuando empiezas a currar, y con profesores que están mas interesados en publicar sus propios artículos e investigaciones en revistas y publicaciones de Economía, que en "enseñar" les aseguro que una solución como la compensación es más que justa para el estudiante. Porque es muy triste haberse currado el resto de la carrera estudiando y trabajando a la vez y que por circunstancias de la vida te vayan quedando una o dos asignaturas mal impartidas y que además sabes que no te aportan nada como profesional o que incluso quieres sacar por méritos propios y todo son pegas. Así que señores, yo doy mi apoyo a la compensación. Ya compense una en 2010 cansado de presentarme y de seguir echándole horas a una asignatura que si las hubiera echado en mi empresa probablemente ahora estaría en un mejor puesto. A día de hoy llevo 10 años en la misma empresa encantado de la vida y sólo me queda una asignatura a mis 31 años para poder tener un titulo de Licenciado en Economía. Tengo una nota media del expediente de 8, de la que, con compensación y todo, estoy muy orgulloso, porque no me pude permitir el lujo de decir "soy únicamente estudiante" en ninguno de los cursos, mas me hubiera gustado. Así que, desde luego si la opción existe allá que voy.
    Respeto vuestras opiniones porque hay de todo en la vida y también mucho estudiante gorrón. Pero esta es mi historia.
    Un saludo.

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