(NOTA DE LOS EDITORES DE FANECA.- El presente texto se presenta tal como nos ha sido gentilmente remitido por su autor, respetando íntegramente su forma y sus giros, por lo que puedan tener de significativos y de ironía a la andaluza).
Como estudiante de la Universidad de Sevilla me causó auténtico bochorno ver cómo absolutamente ningún profesor se dignó en hacer una lectura objetiva del artículo 20 de la Normativa de Evaluación y Calificación de nuestra Universidad. Resulta que, como se vio en alguna viñeta, editorial, tribuna y demás vomitorios varios, los estudiantes de la Hispalense nos dedicamos a copiar sin más y nuestros profesores son poco menos, en consecuencia, que unos parguelas sin autoridad y fáciles de engañar. Porque sabiendo que todos copiamos y viendo cuántos aprobados se dan en toda la Universidad, es que los pobrecitos son tela de fáciles de engañar y nosotros los estudiantes con copiar e intentando superar la resaca de la barrilá del día anterior (porque no nos perdemos una) lo tenemos todo hecho. Un articulado que venía a defender a los estudiantes que no copiaban sobre posibles malentendidos durante un examen, y que se leía fácilmente en su redacción, fue tomado por absolutamente lo contrario por unos intereses interesados en un movimiento que, parece ser, nadie se dio cuenta que formaba parte de las tensiones entre PP y PSOE en el “Pacto Social y Político por la Educación”. Las personas que nos tienen que educar en un conocimiento crítico suspendieron con un cero absoluto. ¿Cómo van a educarnos en ese sentido personas que es tan evidente que carecen de esas cualidades?
Por suerte mis exámenes terminan ya en breve, porque me va a encantar leer todos los textos que ilustres catedráticos, profesores, etc... van a escribir sobre el cambio en el sistema de gobierno que una fundación privada (CYD, de Ana Patricia Botín-Sanz, hija de Emilio Botín, que ninguna Universidad tiene ningún tipo de deuda con él) ha llegado junto a la CRUE. Seguro que me encantarán las críticas que hacen a que, por ejemplo, se les quite autoridad a los profesores en su capacidad para elegir al Decano de su centro ya que esa capacidad será asumida por un Rector que será elegido por un comité externo al mundo académico.
Si el principal argumento para criticar el falso “derecho a copiar” era que al profesorado se le quitaba autoridad, ahora que se les quita la capacidad de elegir a su Decano y a su Rector, ¡miedo me da la reacción que habrá ahora! Porque si ese “derecho a copiar” era, para empezar, totalmente falso e interesado, ahora que hay una imposición tan drástica como ésta en la elección de los representantes de Facultades y Universidades y que no es una mala interpretación sino un hecho que se va a hacer sí o sí (porque también el documento de reflexión sobre políticas de financiación universitaria pide cambios en la gobernanza de las universidades) seguramente la que nos quepa esperar sea de las buenas.
Pero es curioso cómo personas que en líneas generales demuestran tanto desprecio hacia los estudiantes luego sean tan buenas personas y docentes. Pero, por desgracia, los profesores sólo se ponen farrucos cuando los que están de por medio son los estudiantes a los que, lamentablemente, tienen que educar. Si ejercemos nuestros derechos como estudiantes, lo que menos nos hacen es ignorarnos. Decimos que el Máster-CAP es pésimo, y van los profesores y lo aprueban “pensando en los alumnos”. Decimos que los grados son pésimos, y van los profesores y los aprueban “pensando en los alumnos”. Después viene el Rector, impone unos grados y unos años de implantación y ahí no ha pasado nada. Todo el mundo calla y acata. Y, encima, ¡se habla que los estudiantes faltamos al respeto a los profesores! Hablen claro, profesores: hacéis lo que hacéis por puro miedo y nos usáis a los estudiantes no para escucharnos sino para justificar vuestras acciones. Si alguien tiene derecho a quejarse sobre todo esto somos nosotros, sólo nosotros. Sólo nosotros hemos demostrado coherencia con nuestro discurso y nuestras acciones.
Si el derecho a crítica se gana, ¿qué hacen ustedes criticando lo que apoyan? ¡Cambien su actitud primero y actúen como hablan! Las cosas se hacen porque tienen que hacerse y si estamos en libertad, como nos repiten, ¿cómo puede haber libertad si se antepone una imagen al pensamiento? Así tenemos todos los cambios que nos están colando. Gracias a los remilgos que existen todos los parásitos que hay en la Universidad se están aprovechando de nosotros. Y los parásitos se quitan actuando contra ellos, no dejándolos a ver si se aburren y se van solos.
Cada vez que he leído un artículo sobre lo malo, malísimos, que son los grados en cada materia siempre me he hecho la misma pregunta: “y esta persona ¿qué habrá votado en su Junta de Centro?”. Porque es muy fácil quejarse cuando ya está todo hecho. Bolonia para Derecho, Medicina, Arquitectura, Filología... uy, ¡qué mala es! ¡qué paso atrás más enorme!... y luego en todas sus facultades ahí están esos grados aprobados. Pero claro, luego hacen un escrito o intervenciones en conferencias sobre lo malo que es Bolonia y ya así limpian su conciencia. Bolonia es pésima, lo venimos diciendo años, pero ellos votan a favor sabiéndolo y después, sólo después, se quejan. ¡Quejadse antes! ¿Tanto os cuesta? ¿Tenéis miedo a hacer lo que hay que hacer cuando hay que hacerlo?
Quien no se tenga que dar por aludido que no lo haga porque las generalizaciones siempre son malas e inexactas, pero por lo menos asumid la crítica. Entre los estudiantes no se puede decir que exista una gran movilización contra la implantación del EEES, pero los que sí tenemos una visión según lo que ustedes tendrían que habernos educado sabéis que tenemos no sólo la razón sino la fuerza de voluntad para hacer las cosas. Nuestro problema son precisamente vuestros remilgos. Nosotros solos somos (muy) pocos y la Universidad se ha acostumbrado a ignorarnos, pero nosotros con ustedes somos una fuerza que puede cambiar las cosas a cómo deberían ser y no a resignarnos a que lo que hay es lo que hay. Nosotros entre nuestros compañeros no somos más que unos flipaos que no queremos estudiar (y eso que todos en Sevilla todos aprobamos copiando), pero con ustedes somos una voz de autoridad. Y si no quieren que sus estudiantes sean conscientes de todo lo que está pasando y saben, como así ocurre, que lo único válido son los votos burocráticos de los Claustros de las Universidades... ¡sumen sus votos a los de los estudiantes! Y si los estudiantes de su Universidad son carajotes: ¡edúquenles y corríjanles! Para eso se formasteis y para eso vivís.
11 de febrero de 2010.
Sevilla, Andalucía.
Por suerte mis exámenes terminan ya en breve, porque me va a encantar leer todos los textos que ilustres catedráticos, profesores, etc... van a escribir sobre el cambio en el sistema de gobierno que una fundación privada (CYD, de Ana Patricia Botín-Sanz, hija de Emilio Botín, que ninguna Universidad tiene ningún tipo de deuda con él) ha llegado junto a la CRUE. Seguro que me encantarán las críticas que hacen a que, por ejemplo, se les quite autoridad a los profesores en su capacidad para elegir al Decano de su centro ya que esa capacidad será asumida por un Rector que será elegido por un comité externo al mundo académico.
Si el principal argumento para criticar el falso “derecho a copiar” era que al profesorado se le quitaba autoridad, ahora que se les quita la capacidad de elegir a su Decano y a su Rector, ¡miedo me da la reacción que habrá ahora! Porque si ese “derecho a copiar” era, para empezar, totalmente falso e interesado, ahora que hay una imposición tan drástica como ésta en la elección de los representantes de Facultades y Universidades y que no es una mala interpretación sino un hecho que se va a hacer sí o sí (porque también el documento de reflexión sobre políticas de financiación universitaria pide cambios en la gobernanza de las universidades) seguramente la que nos quepa esperar sea de las buenas.
Pero es curioso cómo personas que en líneas generales demuestran tanto desprecio hacia los estudiantes luego sean tan buenas personas y docentes. Pero, por desgracia, los profesores sólo se ponen farrucos cuando los que están de por medio son los estudiantes a los que, lamentablemente, tienen que educar. Si ejercemos nuestros derechos como estudiantes, lo que menos nos hacen es ignorarnos. Decimos que el Máster-CAP es pésimo, y van los profesores y lo aprueban “pensando en los alumnos”. Decimos que los grados son pésimos, y van los profesores y los aprueban “pensando en los alumnos”. Después viene el Rector, impone unos grados y unos años de implantación y ahí no ha pasado nada. Todo el mundo calla y acata. Y, encima, ¡se habla que los estudiantes faltamos al respeto a los profesores! Hablen claro, profesores: hacéis lo que hacéis por puro miedo y nos usáis a los estudiantes no para escucharnos sino para justificar vuestras acciones. Si alguien tiene derecho a quejarse sobre todo esto somos nosotros, sólo nosotros. Sólo nosotros hemos demostrado coherencia con nuestro discurso y nuestras acciones.
Si el derecho a crítica se gana, ¿qué hacen ustedes criticando lo que apoyan? ¡Cambien su actitud primero y actúen como hablan! Las cosas se hacen porque tienen que hacerse y si estamos en libertad, como nos repiten, ¿cómo puede haber libertad si se antepone una imagen al pensamiento? Así tenemos todos los cambios que nos están colando. Gracias a los remilgos que existen todos los parásitos que hay en la Universidad se están aprovechando de nosotros. Y los parásitos se quitan actuando contra ellos, no dejándolos a ver si se aburren y se van solos.
Cada vez que he leído un artículo sobre lo malo, malísimos, que son los grados en cada materia siempre me he hecho la misma pregunta: “y esta persona ¿qué habrá votado en su Junta de Centro?”. Porque es muy fácil quejarse cuando ya está todo hecho. Bolonia para Derecho, Medicina, Arquitectura, Filología... uy, ¡qué mala es! ¡qué paso atrás más enorme!... y luego en todas sus facultades ahí están esos grados aprobados. Pero claro, luego hacen un escrito o intervenciones en conferencias sobre lo malo que es Bolonia y ya así limpian su conciencia. Bolonia es pésima, lo venimos diciendo años, pero ellos votan a favor sabiéndolo y después, sólo después, se quejan. ¡Quejadse antes! ¿Tanto os cuesta? ¿Tenéis miedo a hacer lo que hay que hacer cuando hay que hacerlo?
Quien no se tenga que dar por aludido que no lo haga porque las generalizaciones siempre son malas e inexactas, pero por lo menos asumid la crítica. Entre los estudiantes no se puede decir que exista una gran movilización contra la implantación del EEES, pero los que sí tenemos una visión según lo que ustedes tendrían que habernos educado sabéis que tenemos no sólo la razón sino la fuerza de voluntad para hacer las cosas. Nuestro problema son precisamente vuestros remilgos. Nosotros solos somos (muy) pocos y la Universidad se ha acostumbrado a ignorarnos, pero nosotros con ustedes somos una fuerza que puede cambiar las cosas a cómo deberían ser y no a resignarnos a que lo que hay es lo que hay. Nosotros entre nuestros compañeros no somos más que unos flipaos que no queremos estudiar (y eso que todos en Sevilla todos aprobamos copiando), pero con ustedes somos una voz de autoridad. Y si no quieren que sus estudiantes sean conscientes de todo lo que está pasando y saben, como así ocurre, que lo único válido son los votos burocráticos de los Claustros de las Universidades... ¡sumen sus votos a los de los estudiantes! Y si los estudiantes de su Universidad son carajotes: ¡edúquenles y corríjanles! Para eso se formasteis y para eso vivís.
11 de febrero de 2010.
Sevilla, Andalucía.
*Ángel Velasco Gómez es Delegado de la Facultad de Filología de la Universidad de Sevilla y miembro del Grupo de Trabajo 'No a Bolonia' de Filología.
Realmente, la Universidad debe de estar tan mal como ustedes dicen, si este texto lo ha escrito un alumno universitario.
ResponderEliminar¡Eh, eh, que para eso se formasteis vusotra también!
ResponderEliminarMe preocupa aun más que lo escriba un alumno de Filología que termina su carrera. ¡Imposible leerlo sin que a uno se le levante dolor de cabeza!
ResponderEliminarBueno, tampoco cambia mucho el meollo del contenido por un simple "se" por "os". El mensaje es lo que cuenta y está claro, no nos mosqueemos por un quítenme de allá esas pajas que se dispersa todo en nimiedades que no importan en este caso.
ResponderEliminarCagondié, cohone.
ResponderEliminarDesde luego, que un estudiante hace un texto con tó la razón, y vosotros en vez de hablar sobre el texto, digais mamarrachás sobre si escribe mal, peor, o lo más peor (cosa que, estoy seguro, lo hizo a posta) deja mucho que desear. Muchísimo.
Anda ar carajo con la peña que no sabe asumir críticas...!
PD: Ahora también decirme (sí, DECIRME, COMO DICEN EN MI TIERRA) que pobre, cómo escribe el retrasao este, que también es estudiante universitario (de Córdoba, historiador).
Dolor de cabeza, y de HUEVOS me entra cuando veo tanta ineptitud presente.
Precisamente por estudiar Filología ese alumno sabrá que hay vida fuera de la norma y no por ello hay que limitarse a ella. La riqueza del lenguaje está en su diversidad precisamente. ¿Acaso porque un argentino escriba "¿vos qué hacés?" está mal dicho o escrito? No, es en argentino. Este alumno usará esa característica que se da en gran parte del territorio andaluz y lo utiliza sin miedos. Igual que hace una crítica como ésta sin miedos.
ResponderEliminarNo debería ser ese un detalle tan enorme de resaltar como para obviar el resto de los contenidos del texto.
Si llega un estudiante de Matemáticas y me dice: "¡tú y yo, los tres, podemos combatir Bolonia!", por más que me alegre contar con uno más, no puedo dejar de fliparlo. Pues eso.
ResponderEliminar- "... se dignó en".
- "... defender (...) sobre".
- "... se habla que".
- El "ustedes / vosotros" alcanza una cumbre con el "¡Quejadse antes!".
- Confunde los "vomitorios" (!!) con los mentideros.
- La frase "Un articulado... por la Educación" tiene más miga que un paquete de pan Bimbo.
¿Me quedo en la superficie? No. El texto señala:
1. Que los profesores han sido colaboracionistas (impepinable).
2. Que los profesores que se quejan son incoherentes (en muchos casos será cierto).
3. Que por alguna razón, lo mismo no es predicable de los alumnos (misterioso).
4. Que profesores críticos y alumnos críticos debemos sumar fuerzas (acertado: el punto interesante del texto).
5. Que si estudiantes críticos no se suman a profesores críticos es culpa de los remilgos de los profesores (sorprendente).
6. Que los profesores universitarios tenemos como tarea EDUCAR a unos fulanos mayores de edad (erróneo). Si unos estudiantes universitarios de veinte tacos os sentís necesitados de que os eduquen, estamos jodidos.
No es ningún misterio el porqué los alumnos tienen "cascarón de huevo" sobre este tema: son personas formándose mientras que los profesores son personas formadas y educadoras. Que no haya unanimidad entre los estudiantes, viviendo donde vivimos, es hasta comprensible. Que no hay unanimidad en la reacción en contra a este proceso entre los profesores es totalmente denunciable.
ResponderEliminarSi los profesores no actúan como deberían educar, ¿cómo van a educar a los estudiantes para que sí lo hagan?