FANECA

domingo, 30 de mayo de 2010

Trabajos de los estudiantes e internet. Por Miguel Díaz y García Conlledo

Internet ha supuesto sin duda ninguna una revolución en nuestras vidas en muy pocos años. Creo que Internet es incluso una revolución dentro de la revolución tecnológica que nos ha tocado vivir a los de mi generación (y a los de otras, pero los mayores –no todos- se han quedado al margen y los más jóvenes han nacido en ella).
No voy a sostener, nada más lejos de mi pensamiento, que las nuevas tecnologías e Internet han acabado con la cultura o con las cosas bonitas, con el hacer sosegado y con el pensar reposadamente. Hace poco discutía con amigos sobre la bondad o no de los libros electrónicos; mantuve una postura abierta: yo, que adoro la lectura y los libros de papel, pensaba desde luego probar en muy breve la lectura de un libro electrónico (ya lo he hecho) con un lector que me regalaron, en vez de pagarme en dinero, por dar una conferencia. Frente a ella, especialmente una amiga muy querida sostenía todo eso de que sin el olor y el tacto del papel la cosa no era buena, derivando a la escritura, con argumentos como que el correo electrónico ha hecho desaparecer el género epistolar, que la gente ya no sabe escribir, etc.
No cabe duda de que en las consideraciones de mi amiga hay algo de verdad. Pero ¡qué pensarían los antiguos amanuenses y los muy raros lectores de libros cuando se generalizó el uso de la imprenta después de su invención a mediados del siglo XV! He oído a mi alrededor miles de veces que el vídeo era una bobada y que donde esté el cine…, que yo no usaré jamás un teléfono móvil, que un artículo o un libro hay que escribirlo primero a mano o al menos con una Underwood, que el correo electrónico será para otros, porque ya ves tú para qué lo quiero yo, etc., todo ello en boca de personas que son hoy poco menos que fanáticas de las tecnologías que denostaban. Y en cuanto a lo de no saber escribir, ¿de verdad es culpa de unas teclas y unas tecnologías o hay algo bastante más profundo detrás? Y, además, no mitifiquemos: en mi generación había y hay también muchos auténticos asnos en lo que a escritura (y a lectura, claro) se refiere. Tal vez algún día podamos hablar de ello.
He realizado esta amplia introducción para comentar muy brevemente un tema concreto. Como es sabido, en la Universidad a menudo se encarga a los estudiantes la elaboración de trabajos. Naturalmente ésta requiere la consulta y cita de libros y artículos. Y evidentemente, en la elaboración de tales trabajos, la tecnología y, en concreto, Internet, abren muchas puertas y otorgan facilidades. Muchas publicaciones se encuentran hoy en formato electrónico y al alcance un toque de ratón, lo que ahorra tiempo y facilita la información y la cita. Es sin duda un avance que hay que aplaudir. Pero resulta que, en lo que a información se refiere, los trabajos de los estudiantes no pasan en ocasiones de una consulta a la Wikipedia (¡como no pasaban antes de una miradita a una enciclopedia, a ser posible, sencilla, en papel!). Y peor aún es que muchos estudiantes abusan del “corta y pega” hasta el extremo de copiar a veces todo el trabajo (algo tampoco absolutamente novedoso, aunque antes llevaba más tiempo); lo he experimentado con frecuencia, incluso en alumnos de máster (esa especialización que a veces es en realidad más básica que las primeras clases del primer curso de una licenciatura) o de doctorado; el colmo era en una asignatura de libre elección, muy bonita, que impartíamos bajo el título “Cine, Literatura, Música y Derecho”, en la cual encontramos trabajos que no se molestaban siquiera en borrar la dirección electrónica de la que se había copiado. Todo muy lamentable, pero, ¿de verdad la culpa es de Internet y no de la irresponsabilidad del propio alumno? No, hombre, no, eso es como matar al mensajero.

5 comentarios:

  1. La culpa es de que no hay castigo. Si se aplicara las normativas universitarias y el alumno que copia fuera expedientado, otro gallo cantaría.

    En una ocasión me encontré con un caso fragante de copia masiva de trabajos. Como no habia dado la asignatura el año anterior, los alumnos presentaron trabajos de sus compañeros del curso anterior. Por casualidad, me dio por consultar el tema y descubrí la masiva copiada. El 70% suspendió la convocatoria, por copiar un trabajo que valía dos miserables puntos. Eso sí, lo asumieron con responsabilidad y en septiembre tuvieron otra oportunidad.

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  2. 1. Es muy cierto lo que dice el anónimo anterior. La falta de "cultura de la legalidad" respecto del fraude académico tiene efectos muy graves. Por ejemplo: en mi universidad no se aplica sanción alguna al fraude académico. Esforzarse y suspender tiene el mismo efecto que copiar en un examen o presentar un trabajo copiado: un mero suspenso.

    2. Y respecto de los trabajos eso ha traído consigo un cambio importante: EL ESTÁNDAR ES COPIAR, EN MAYOR O MENOR MEDIDA. Ya sea fusilar algunas páginas cambiando algunas palabras o fusilar el trabajo entero. ¿A quién no le han dicho "es que así presentamos los trabajos en otras asignaturas y nadie nos ha dicho nada"? A mí sí. Año tras año. Y da igual que avise por activa y por pasiva que SÍ me leo los trabajos. De hecho, digo: "No tengo ni idea de fútbol y tú sí. ¿Serías capaz de detectar si un trabajo mío sobre fútbol lo he escrito o lo he copiado? Pues igualmente puedo detectar yo un trabajo de Derecho penal copiado".

    Pues bien, a lo que iba: la culpa de esto es COMPARTIDA entre alumnos y profesores.
    - evidentemente, quien copia es culpable de copiar.
    - pero los profesores que le echan morro, que piden trabajos que ni se leen, que hacen dejación de funciones en la corrección de pruebas (por cierto, tarea por la que se les paga) colaboran al deterioro del sistema.

    Si debería expedientarse al alumno que copia, debería también expedientarse al profesor que incumple así sus funciones, devaluando el sistema de evaluación universitaria.

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  3. Ahi, ahi. Es cierto que entre los alumnos se copia mucho. Pero tambien es cierto que parte de la responsabilidad (parte solo) es de algunos profesores, que evalúan igual un trabajo original que uno fusilado, porque no se los leen.

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  4. Pues yo si me los leo y por eso ya no les mando trabajos, no valen para nada: el alumno no aprende porque "cortaypega" sin mirar lo que copia y a mi me hace perder el tiempo y ademas enfadarme

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  5. Queriditos caps de xorlitín, lo problem no n'és todo de l'alumnadu, si uno quiere cpy&pasty a sacopaco namàs tíe que pidí trabajos estàndar con poca posibilidà d'elaboración pròpia.
    A mi entender y saber lo que haybría qu'hacer és aproximarse a lo que el mundo laboral pide a sus laboradores, resolver problemas, generar información mediante los medios q'uno tié a su alcance.
    y'aluego, pa comprovar en tos los morros de l'alumnao cuànto cpy&pasty s'ha fecho se tié la webe approbo http://approbo.citilab.eu/ que s'encarga de comprar las obras presentás con lo que en la Red hay.

    Salu2, Günter

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